La interrupción del envío de oxígeno al cerebro y sus consecuencias
La hipoxia cerebral está referida a una mínima cantidad de suministro de oxígeno al cerebro. El prefijo hipo indica por debajo de algo, lo que significa que la hipoxia cerebral es cuando la totalidad del oxígeno que llega al cerebro está por debajo de los niveles normales que requiere este órgano vital para su funcionamiento y el del resto del cuerpo.
Resumen...
¿Qué es la hipoxia cerebral?
La hipoxia cerebral es una condición que se presenta cuando el cerebro recibe poco oxígeno, esta afecta los hemisferios cerebrales, que son cada una de las mitades en las que se divide el cerebro.
Cada uno de estos hemisferios tiene una función especializada, específicamente en conductas distintas, y lo curioso de ambos es que el hemisferio derecho se encarga de disponer el movimiento de la zona izquierda del cuerpo, mientras que el hemisferio izquierdo dispone de los movimientos de la parte derecha.
Pues bien, la hipoxia cerebral afecta al cerebro en general, aunque el término suele utilizarse para hacer referencia a la falta de la provisión de oxígeno a todo el cerebro.
¿Cuáles son las causas de la hipoxia cerebral?
Existen causas que son comunes para que se produzca la falta de oxígeno en el cerebro, una de las cuales es la asfixia o el ahogamiento, bien sea con un alimento u objeto que se quede atascado en la garganta o por la inundación de las vías respiratorias.
Otras causas suelen ser:
- La intoxicación del cuerpo por la aspiración de monóxido de carbono
- La inhalación de humo, lo que comúnmente ocurre en un incendio
- La compresión de la tráquea, lo que se conoce como estrangulamiento
- El sofocamiento
- Las enfermedades que impiden el movimiento de los músculos que permiten la respiración como es el caso de la parálisis ocasionada por la esclerosis lateral amiotrófica (ELA)
Otras causas que cortan o interrumpen la llegada de oxígeno al cerebro son:
- Un paro cardíaco
- Complicaciones generales producto de la anestesia general por cirugía
- Arritmias cardíacas
- Sobredosis en el consumo de droga
- Complicaciones a la hora el parto que ocurran antes, durante o después de nacer el bebé, lo que ocasiona parálisis cerebral
- Un accidente cerebrovascular
- Hipotensión, o presión arterial muy baja
- Algunas enfermedades que hacen difícil la respiración, como ataques de asma extrema, neumonía, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), cáncer de pulmón, neumotórax, embolia pulmonar, entre otras.
Categorías de la hipoxia cerebral
Existen cuatro grados de hipoxia cerebral, caracterizadas según el grado de daño que haya ocasionado la falta de oxígeno en el cerebro:
- La primera es la hipoxia cerebral difusa
- La isquemia cerebral focal
- El infarto cerebral
- Isquemia cerebral global o muerte cerebral
A largo plazo, la hipoxia cerebral puede derivar en la muerte de las células neuronales a través de la apoptosis, que es una forma de destrucción o muerte celular programada o producida por el propio organismo.
Síntomas de la hipoxia cerebral
Una persona con hipoxia cerebral puede presentar unos síntomas que van desde leves a graves, y desde la pérdida temporal de la memoria, hasta entrar en coma y producirse una muerte cerebral, pasando por la disminución de la capacidad para mover el cuerpo, problemas para prestar atención, para tomar decisiones adecuadas y atinadas, entre otros.
Diagnóstico
El médico puede diagnosticar la hipoxia cerebral haciendo un examen físico y las pruebas de sangre de rigor, así como revisar la historia clínica del paciente y los últimos hechos donde participó por el paciente.
- El examen de sangre indicará la cantidad de oxígeno en la sangre.
- También está la resonancia magnética, la cual muestra las condiciones en las que está el cerebro con imágenes detalladas.
- El ecocardiograma, con el que se obtiene una imagen completa del corazón
- El electrocardiograma que indica la actividad eléctrica del órgano cardíaco
- El electroencefalograma, el cual evalúa la actividad eléctrica del cerebro
Tratamiento
La hipoxia cerebral requiere de un tratamiento inmediato, oportuno y adecuado, de manera de restablecer el suministro de oxígeno al cerebro y evitar las probabilidades de que haya daño cerebral.
El tratamiento de la hipoxia cerebral debe ser específico para responder a la causa y a la severidad de las consecuencias.
- Para los casos leves, cuyo origen haya sido la práctica de apnea o buceo libre, o la escalada de una montaña en cuyo ascenso disminuya el oxígeno, se debe regresar a la altitud normal, es decir, descender de la montaña o subir a la superficie del agua, según sea el caso.
- En procesos más delicados, se requiere de la atención de médicos de emergencia que ayuden a la persona con una máquina de respiración.
- También beneficia la atención cardíaca y la aplicación de hemoderivados vía intravenosa.
- Al paciente se le puede suministrar medicamentos para controlar las oscilaciones de la presión arterial o para vigilar y evaluar la frecuencia cardíaca.
- También funcionan las medicinas anticonvulsivas.
¿Puede recuperarse una persona con hipoxia cerebral?
La recuperación de una persona que haya padecido hipoxia cerebral dependerá del tiempo que el cerebro haya pasado sin oxígeno, y si además, se afectó la nutrición; esto determinará la profundidad de la afección, y es probable que el paciente tenga algunas dificultades de recuperación que al final logren resolverse.
Algunas consecuencias que deben tratarse son el desvelo nocturno, la amnesia, las alucinaciones y los temblores musculares.
Las personas que hayan tenido interrupción en el suministro de oxígeno al cerebro por más de ocho horas tienen un diagnóstico sumamente delicado.
Estas personas deben estar bajo observación, en terapia intensiva y con evaluación del desempeño cerebral, previo suministro del oxígeno suficiente.
Mientras más tiempo permanezca una persona inconsciente, mayor será el riesgo de muerte cerebral y mínimas las probabilidades de recuperación.
¿Cómo se puede prevenir?
Aunque estos episodios suelen ser inesperados y la prevención es difícil, se pueden tomar previsiones mediante la observación y seguimiento de las condiciones de salud, especialmente de infecciones respiratorias, asma, entre otras.
Se debe acudir al médico si se sufre de presión arterial baja y mantener monitoreada esta condición. Es necesario además evitar las alturas muy elevadas.
Otra forma de asegurar un buen flujo de oxígeno al cerebro es cuidando muy bien el corazón.
Actualmente, la investigación científica y el desarrollo de la tecnología, especialmente en medicina, siempre dan luces acerca de enfermedades y tratamientos adecuados y oportunos.
El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares fomenta y desarrolla estudios cuyo objetivo es entender las alteraciones y afecciones neurológicas que pueden afectar el cerebro, como la hipoxia cerebral, y por tanto en conseguir la forma de prevenirla y tratar sus consecuencias.