La dieta mediterránea «tradicional» conlleva un estilo de vida beneficioso para la salud. Posee beneficios científicamente probados estrechamente relacionados con su mejora del perfil lipídico puesto que su consumo incrementa el HDL (colesterol bueno) y a su vez reduce el LDL (colesterol malo). Además, la dieta mediterránea se basa en una alimentación rica en fibras y antioxidantes. La dieta mediterránea es una excelente elección para prevenir enfermedades coronarias.
Aquí os dejamos algunas recomendaciones básicas para seguir la dieta tradicional mediterránea:
- El pan y otros alimentos procedentes de cereales deben formar parte de la alimentación diaria.
- Consumir diariamente lácteos, principalmente yogures y en menor medida quesos grasos.
- Intentar utilizar en la elaboración de los platos alimentos frescos y de temporada.
- Usar el aceite de oliva virgen extra como principal fuente de grasa.
- Procurar una alimentación rica en alimentos de origen vegetal: legumbres, verduras, frutas y frutos secos.
- Consumir pescado en abundancia y huevos con más moderación.
- Sustituir bollería industrial, dulces y pasteles por frutas.
- Beber principalmente agua y vino con moderación y sólo durante las comidas.
- Consumir carne roja con moderación y preferiblemente que forma parte de un guiso.
- Realizar actividades físicas todos los días.
En los últimos años, los españoles hemos incrementado el consumo de productos de elaboración industrial. Estos productos llevan un aporte extra de sal, grasas saturadas y azucares. Por el contrario, alimentos tradicionales de la dieta mediterránea como el pan, arroz, legumbres, patatas, etc… se consumen cada vez menos.