El ajo y sus preparaciones estan ampliamente reconocidos como agentes para la prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares y otras metabólicas, aterosclerosis, hiperlipidemia, trombosis, hipertensión y diabetes. La efectividad de ajo en las enfermedades cardiovasculares ha sido más alentadora en estudios experimentales, lo que impulsó varios ensayos clínicos. Muchos ensayos clínicos mostraron un efecto positivo del ajo en casi todas las condiciones cardiovasculares mencionados anteriormente, sin embargo, una serie de estudios negativos han puesto en duda recientemente la eficacia del ajo, especialmente, de su efecto reductor del colesterol. Es un gran desafío para los científicos de todo el mundo hacer un uso adecuado del ajo y disfrutar de su efecto máximo beneficio, puesto que es la forma más barata para prevenir la enfermedad cardiovascular. Una revisión publicada en Nutrition Journal ha intentado hacer un puente entre el estudio experimental y el clínico y discutir los posibles mecanismos de las acciones terapéuticas del ajo.
El estudio epidemiológico muestra una correlación inversa entre el consumo de ajo y un menor riesgo de progresión de la enfermedad cardiovascular. La literatura científica apoya la propuesta de que el consumo de ajo tiene un efecto significativo cardioprotector. Sin embargo, determinadas cuestiones relacionadas con el uso apropiado de ajo, es decir, el uso de diferentes preparaciones disponibles, la dosis, duración y la interacción con los medicamentos genéricos necesita ser optimizado. Es necesario nuevas investigaciones para identificar los compuestos específicos del ajo que son responsables de la mayoría de sus efectos biológicos.