La mala fama del Huevo

Los medios de comunicación son la fuente de muchos de nuestros conocimientos, con ello nos referimos a noticias de telediario, revistas y periódicos. Bien, pues gracias a ellos durante más de 10 años se ha pensado que el huevo es un alimento malo y no recomendable, ya que hace aumentar el colesterol. Sin embargo, la verdad es muy diferente… el huevo es uno de los alimentos más completos y que nos proporcionan nutrientes que otros alimentos no contienen.

El huevo presenta dos partes principales: la clara y la yema. En la clara encontramos principalmente proteínas (albúmina) de alta calidad biológica y fácil digestión. La yema es rica en muchas vitaminas, pero la particularidad es la elevada concentración. Contiene vitaminas de todos los grupos: liposolubles e hidrosolubles. Junto a las vitaminas del grupo B aparece la colina, una molécula vital para la formación de las membranas de las células de nuestro sistema nervioso, y que casi en exclusividad se encuentra en la yema del huevo. Otra molécula imprescindible para la vida es el colesterol, y como no, la yema del huevo contiene una cantidad generosa, que no quiere decir prohibitiva. La yema presenta una composición nutricional completa para generar y dar alimento a un embrión y por lo tanto, ¿por qué es malo consumir huevo?

Existen estudios que demuestran que el consumo diario de huevo no implica un aumento de los niveles de colesterol en sangre. En el tratamiento dietético de hipercolesterolemias (elevado colesterol en sangre), es más importante limitar los alimentos ricos en grasas saturadas, que los alimentos ricos en colesterol. Es decir, todos los quesos (excepto queso fresco), lácteos no desgrasados, bolleria industrial, embutidos, porciones de carne grasas (tocino, panceta, secreto ibérico, chuletas …) y patés. Los alimentos ricos en colesterol se controlan pero no se prohiben ni se hace mala publicidad sobre ellos.

En la actualidad se recomiendan semanalmente de 3 a 4 huevos, pero ¡ojo! por que las empanadillas, mayonesa, magdalenas, bizcochos, galletas, pasta al huevo y otros tantos alimentos contienen huevo. Volvemos a repetir, no significa que nos retiremos de nuestra alimentación, pero sí que tengamos en cuenta que comemos huevo, sin ver al huevo.

¡Un truco para la cocina! Como sabemos si un huevo no es apto para el consumo humano: haciendo una prueba muy sencilla. Consiste en llenar un recipiente grande con agua, a continuación se deja sumergir el huevo. Si no flota el huevo y queda una posición tumbada el huevo es fresco y apto para consumo. Si se sumerge pero se queda en posición vertical, es apto pero no es fresco. Por último, si el huevo flota se desecha ya que no es apto para consumo. Esto sucede por la cámara de aire que contiene. Si el huevo es viejo, las membranas se rompen dejando entrar aire del exterior al interior del huevo, haciendo que flote en el agua.

¡¡A disfrutar de la típica tortilla española!!

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